sábado, 25 de noviembre de 2017

"Cuando las piedras hablan"




Más que Petroglifos 2




Un blog sobre arqueología de:

 Gustavo Pascual Hermida






Mi primer blog:








Bala de balista romana de calibre pequeño, partida por la mitad, localizada en las cercanías del campamento romano de Castillejos, Garray, Soria. Más que Petroglifos 2017.


     Siempre he sentido que las piedras hablan, que cuentan historias y que solo hay que querer escucharlas, como esta pequeña bala romana que sostengo en mi mano, nos habla de una historia de guerra y de muerte ligada a la conquista romana de Hispania, escuchadla:

«...lo que os voy a contar lo viví de primera mano, sucedió entre el año 134 al 133 a. C., las tropas romanas, según Apiano y Polibio 60.000 legionarios y sus tropas auxiliares, rodearon Numancia (ciudad celtíbera situada en el curso alto del Duero, en la actual Garray  en la provincia de Soria), pero yo estuve allí y no fueron tantas, calculo que unas 30.000, siguiendo la estrategia de Publio Cornelio Escipión Emiliano apodado el Africano menor en honor a su abuelo, fue el cónsul designado por el Senado republicano para acabar de una vez por todas con los numantinos, el mejor general romano para derrotar a aquellos valerosos celtíberos que habían resistido con éxito 20 años la presión romana, decidido a acabar con ellos no por la espada sino con el hambre, aislándolos del mundo.








...para ello Escipión ordenó levantar un muro con torres de vigilancia, rodeando el cerro que acogía la ciudad celtíbera, en total 9 km de empalizadas, muros y fosos que sellaban las esperanzas de los orgullosos numantinos...reforzando el cerco con siete campamentos perfectamente pertrechados.






 Miles de tropas,  animales y armas, entre las que yo me encuentro: 

  balistas, torres y catapultas,

 aceros, maderas y piedras,

espadas, pilums y flechas,



 no cesarán de escupir proyectiles de piedra y hierro durante meses contra los duros guerreros numantinos.


composición del ejército romano republicano durante el siglo II a. C.

Los hombres sometidos a una férrea disciplina, vigilan día y noche sin descanso que el sitio no se rompa, sólo ocurrió una vez, cuando Retógenes, lider numantino, consiguió saltar el cerco para pedir ayuda a las tribus vecinas. Los soldados responsables fueron ejecutados, pero peor suerte corrieron 400 jóvenes arévacos de la ciudad de Lutia los únicos dispuestos a ayudar a los numantinos, Publio Escipión enterado se adelantó y apresándolos, ordenó que les cortasen a todos la mano derecha para impedir que jamás empuñasen las espadas, sellando un destino de muerte para los 4.000 valientes cercados en la ciudad Pelendona, a veces pienso que suerte tengo de ser una simple piedra...Escipión dice que sólo es cuestión de tiempo... pero serían once largos meses ...los legionarios, se afanan en fabricar balas, recogen piedra arenisca de los alrededores del campamento de Castillejos, al Norte de Numancia, y con sus dolabras pican la roca dándole forma de esfera, bolas de distintos diámetros:






calibres pesados, medios y ligeros como en mi caso, apenas una mina romana (1 kilo aprox.), preparada para ser lanzada con una de las balistas situadas en las torres artilleras del cerco.



Enfrente, a unos pocos estadios, veo los muros de la ciudad enemiga, el artillero apunta y carga la balista, tensionada para alcanzar unos 250 metros, justo donde un grupo de guerreros numantinos se agrupan para atacar las defensas 

romanas, sin que se lo esperen llueven sobre ellos decenas de balas pétreas, disolviéndolos en alocada carrera y haciéndolos regresar otra vez dentro de sus murallas..

...me he roto por la mitad al impactar contra el suelo, quedando olvidada en este campo de batalla...en el que los numantinos, haciendo honor a su orgullo, prefirieron la muerte a entregarse a los romanos bajo el tórrido sol del verano en agosto de 133 a. C.

dos perspectivas de la bala de balista romana

... 2150 años después de la terrible victoria, una mano me recoge del suelo, me rescata de entre los surcos arados de una plantación de girasoles, justo enfrente del campamento de Escipión Emiliano, que será desde entonces recordado como el triunfador de Numancia y Cartago...

...pero ya no es una mano romana y del paisaje que presencié no queda nada, desde aquella guerra han pasado más de 2000 años y ahora puedo contaros a todos aquél dramático hecho del que fui testigo como bala de guerra romana:


                                    ...os lo juro,...
              ¡solo tenéis que escuchar a las piedras!


...o acaso no oís las palabras que surgen de las ruinas del cerro de la Muela?...escuchad, escuchad los lamentos...antes de que se los lleve el helador cierzo...





                                                        
                          (C ) Gustavo Pascual Hermida para Más que Petroglifos,2017.