sábado, 19 de enero de 2019










Los “montes furados” de la Gallaecia

(Los ríos como sistemas de lavado de tierras auríferas)







por Gustavo Pascual Hermida





Más que Petroglifos 2 (2019)


Más que Petroglifos en Facebook


Mapa con la ubicación de los "montes furados" conocidos en la antigua gallaecia, sistema de laboreo aurífero que emplea los ríos como mesas de lavado a una escala enorme, indicando de forma indirecta el inmenso volumen de tierras explotadas en esta minería vital para el Imperio romano. Fuente foto: Google earth. (C) G.P.H. para Más que Petroglifos.2019.
 

Pena Tallada do río Navia


La fiebre del oro romana
   Cualquiera que se adentre en el estudio de la minería romana del oro se dará cuenta que desde el siglo I en adelante se vivió una auténtica fiebre del oro, auspiciada por el Estado romano que afectó a todo el Imperio, de forma particularmente intensa en el cuadrante noroeste peninsular: Galicia, norte de Portugal, Zamora, León, Asturias, la antigua provincia de Gallaecia.
Esta área geográfica concentra cientos de restos mineros en primario y secundario, hasta el punto que se estima que más del 10 % de todo el oro extraído durante el Imperio salió del noroeste peninsular.

Pepitas de oro del río Miño y tesoro de áureos de Triers (Treveris, Alemania). El oro se convirtió en un recurso vital para el Imperio desde el momento en que Octavio Augusto lo convirtió en la referencia de su sistema monetario, a partir de entonces la riqueza del Estado romano se ligó en parte a la posesión de este mineral. Gran parte del oro minado se dedicó a la acuñación de áureos, moneda que en tiempos de Augusto tenía un peso de 7,8 grs. Estas monedas fueron acuñadas en dos cecas, Roma y Lyón. Fuente 1ª foto: la Voz de Galicia, O. V. (C) G.P.H. para Más que Petroglifos.


    Fueron millones de toneladas de tierra las removidas para extraer el preciado metal, desde minas gigantescas como Médulas o Tres Minas a miles de pequeñas labores repartidas por los montes, valles y ríos de Hispania.


Las Médulas. Fuente R.I.F (wiki)



 Las técnicas de producción minera son comunes a todo el Imperio pero hay un hecho particular que se produce en esta zona noroeste y es la construcción de obras hidráulicas para el desvío de los cursos de los ríos auríferos, los llamados:


«Montes furados»:

 Con este término se podrían incluir todo tipo de túnel minero, desde las propias galerías de explotación, las de servicio, o los túneles necesarios para la construcción de los acueductos de abastecimiento de agua; pero en este caso particular, los limitaremos a unas obras que tienen el objeto de dejar seco un tramo del río para proceder a lavar la arena depositada en su cauce, igual que si fuesen modernas plantas de lavado
Vista y esquema explicativo del meandro de Montefurado en el río Sil, un megatúnel de lavado acorde al volumen del cauce del río y al movimiento de millones de tm³ de tierra procedentes de decenas de labores auríferas presentes a lo largo de su cauce.

   El más conocido de todos y de mayor tamaño es el famoso Monte Furado  de Quiroga, sobre un meandro del Sil, de sus más de 120 m de extensión original apenas supera los 50 m hoy en día. Actualmente se ha puesto en marcha un proyecto multidisciplinar por parte de la Xunta de Galicia para realizar un estudio en profundidad de su estado y ver que medidas se pueden tomar para su conservación futura, ya que es probable que en el largo plazo termine por derrumbarse, fruto de la erosión constante que sufre por la acción del propio río. 
   El túnel se abría a partir de la primavera/verano aprovechando la bajada natural del cauce, seguramente mediante una compuerta de madera aunque, debido a la destrucción de la entrada original en los años 30, no hay posibilidad de saber como sería el sistema de deriva que en otros casos solía ser una presa simple que interrumpía el cauce natural del río para desviarlo cuando interesara. 


Estado actual del túnel, con 20 metros de ancho, 20 metros de altura y 120 metros de longitud fue la estructura más grande construida en todo el Imperio, para recuperar oro aluvialFuente fotos: G.P.H. para Más que Petroglifos

 Este tipo de laboreo nos señala un nivel de especialización muy avanzada en la recuperación del oro y evidencia como los ingenieros romanos, gracias a la experiencia acumulada, fueron capaces de innovar soluciones eficaces para obtener hasta la última partícula del preciado metal.
   El túnel de Quiroga no es el único, existen más sistemas parecidos repartidos a lo largo de la geografía de la antigua Gallaecia, y a lo largo de este artículo iremos desgranando cuáles son y dónde se encuentran.

 El segundo lo hallamos en el Monte Furado del río Rodil-Eo, en Ribeira de Piquín, mencionado ya por el geólogo Schuld en el siglo XIX, en su descripción geológica del Reino de Galicia. En su recorrido por todo el territorio gallego este gran geólogo fue capaz de localizar e identificar decenas de restos vinculados a las explotaciones de oro romanas, entre ellas este pequeño túnel de deriva.

Ortofoto de satélite con la ubicación del túnel de deriva del río Rodil/Eo en Ribeira de Piquín. 

 Sobre el meandro que genera la unión de estos dos ríos, los mineros romanos aprovecharon para perforar un túnel de unos 70-80 metros de longitud para desviar el curso del río dejando libre varios cientos de metros del cauce y trabajar así los depósitos auríferos procedentes del río Rodil. Aguas arriba es probable la existencia de explotaciones en primario y secundario ya que hay  topónimos muy significativos, como el de la aldea de Murias, término que hace referencia a la acumulación de estériles procedentes del lavado de tierras con depósitos auríferos.

Ubicación del túnel y foto sobre el mapa topográfico del I.G.N. Fuente: Díptico de información del Concello de Ribeira de Piquín.

   En paralelo a este túnel a finales del siglo XIX se excavó otro, pero en este caso para conducir el agua al molino de García, obra construida por José García en 1892 para aprovechar el agua como fuerza motriz en el movimiento de las muelas de su molino.
Plano antiguo de la topografía de a Ínsua y la ubicación de los túneles.



                                                       Monte Furado del río Coura
  

El tercer monte furadomuy similar a este, es el del Monte Furado o Couço  del río Coura en Covas, distrito de Viana do Castelo, Portugal.
Vista aérea y explicación del meandro del río Coura, donde se ubica el túnel de deriva y lavado (línea roja). Fuente foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

 Un túnel de 140 m perfectamente conservado con su presa de derivación y en la salida dos piletas escalonadas de decantación, es decir, no solo servía para "secar" el meandro y poder explotarlo cómodamente, sino que a la vez el propio túnel
Presa de deriva para retener y elevar el cauce del río y llevar el agua al túnel que se halla unos dos metros por encima del nivel del cauce. En su construcción se emplearon los cantos del piedra del río reforzados con sillares de granito. Fuente foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

Canal de deriva para transportar el agua del río hacia el túnel excavado en la base del meandro, en primer plano se pueden ver restos de sillares procedentes del muro de cimentación del canal. Esquema del funcionamiento del canal. Fuente foto. G.P.H. para Más que Petroglifos.

constituía un sistema de lavado para recuperar el oro procedente del río y de la tierra que este arrastraba.

Dibujo recreando el funcionamiento del sistema de decantación del Couço do río Coura. Fuente: Patrimonio do Alto Miño. Portugal.
   

Se conserva la cimentación del canal de derivación que llevaba el agua al túnel, ya que éste está construido un par de metros por encima del nivel del cauce del río, lo que hizo necesario conectarlo con un canal que arranca un poco por encima de la cota de su entrada.


En la foto de la izquierda entrada del túnel de deriva y lavado cubierto por ramas procedentes de las últimas riadas del año pasado, en las otras dos fotos, tramo inicial con acumulación de piedras procedentes de arrastres de las riadas. Fuente fotos: G.P.H. para Más que Petroglifos.
Proyecto de valorización y musealiza
ción propuesto para la recuperación 
de este monumento excepcional.
Fuente: Terra Arqueos.2016
Tramo intermedio, a 60 metros de la entrada, 
todavía hay restos arrastres de riadas, el 
tronco de madera señala la fuerza y cantidad 
de agua que puede llegar a entrar en el túnel.
Fuente foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

   Su estado de conservación es excelente y resulta un recurso patrimonial de primer orden que pide a gritos una intervención por parte de las autoridades portuguesas.
 En 2016 por encargo de las autoridades de la freguesía de Viana do Castelo la empresa Terra Arqueos, junto con la colaboración de la Universidad de Coimbra y del CSIC preparó un proyecto de puesta en valor y musealización, pero da la sensación que ha quedado en el limbo de los justos, a raíz de la crisis económica.
 Si ha aguantado dos mil años puede esperar un poco más, pero es una pena que Portugal no ponga en valor este tipo de recursos patrimoniales, desconocidos para el gran público y sumamente interesantes por excepcionales y bien conservados. 
Distintas detalles del túnel, primera foto izquierda, pared con signos de los punteros y picos de hierro empleados por los mineros para perforar la roca. Debajo, un agujero bien marcado de puntero. Arriba derecha, el suelo del túnel con las marcas de los picos y punteros de hierro, curiosamente suelen estar orientados transversalmente a la dirección del túnel, por lo que esa superficie rugosa y acanalada puede funcionar perfectamente para retener polvo de oro y pepitas, de ahí que el propio canal debió funcionar como sistema de lavado y retención de oro. debajo, lucernarios sobre las paredes, soportes de las lámparas de aceite, Plinio nos dice que las jornadas de trabajo los mineros se medían con la duración de estas lámparas. En este túnel son numerosas estas pequeñas hornacinas lo que indica su uso como sistema de iluminación que permite trabajar a lo largo de toda su longitud en la recuperación de los concentrados después del lavado. Fuente fotos: G. P. H. para Más que Petroglifos.

   Este tipo de obras obedecen a un intenso trabajo y a la experiencia acumulada en las labores mineras del oro, cuyo origen se encuentra en la minería aurífera practicada en este distrito formado por la Gallaecia y Astúrica (y por extensión posiblemente se pueda encontrar en  otras partes de Hispania y Lusitania), como un sistema de reaprovechamiento de las tierras auríferas arrastradas por ciertos ríos cuyas cuencas estaban siendo explotadas con intensidad.
Vista áerea de los meandros del río Coura. Fuente foto: G. P. H. para más que Petroglifos.
  Partiendo de esta realidad cabría preguntarse si no existen más montes furados en la minería aurífera peninsular.
 Los ingenieros romanos eligen unos meandros escogidos por su particular morfología, curvas muy pronunciadas, con dorsales estrechas y que permitan dejar libre de agua varios cientos de metros del cauce. 
   A raíz de una charla con el geólogo Óscar Pazos, que se disponía a visitar el túnel sobre el río Rodil-Eo en mayo de 2018, me puse a  buscar con las fotos de satélite de Google Earth un curso de un río aurífero que tuviese abundantes restos de minas de oro a lo largo de su cuenca, tanto en primario (roca) como en secundario (tierras y gravas aluviales, coluviales y eluviales) que no fuese demasiado extenso en longitud, así que opte por elegir los ríos Navia y Navelgas (Galicia y Asturias), ríos auríferos que cumplen estos requisitos.


Localización sobre la foto de Google Earth del meandro con su canal de deriva y explicación del mismo. Fuente: Google Earth. G. P.H. para Más que Petroglifos.


 En una rápida vista de las fotos de satélite y centrándome en el curso alto del Navia, entre la frontera administrativa que separa Galicia de Asturias, observando posibles meandros que ofreciesen posibilidades por su morfología me llamó la atención un meandro encajado muy pronunciado, en la cercana aldea de Envernallas, en Navia de Suarna, Lugo.


La aldea de Envernallas, la localidad más próxima al monte furado. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

 El corte de deriva permite desviar el agua del río dejando "seco" unos 900 metros de su cauce, facilitando así el laboreo de la tierra y grava aurífera depositada en él. Fuente: IGN/PNOA, visor Iberpix.



   Al observarlo en detalle se apreciaba un posible corte en el cuello del meandro por el que parecía desviarse parte del curso de agua.
       Inmediatamente, tras el salto preceptivo sobre la silla, abrí las páginas del I.G.N. para comprobar las fotos de satélite del PNOA y los mapas geográficos de la zona, junto al mapa geológico y las fotos aéreas del vuelo americano, confirmando la existencia de un tajo por el que se desviaba parte del curso del río, algo muy claro en la ortofoto de 1956, en la que se puede apreciar además que ese año el cauce del río llevaba muy poca agua.
Ortofo del vuelo americano de 1956. Fuente IET-Xunta de Galicia

 La suerte y emoción de dar en el blanco en sólo diez minutos, implicaba que había que realizar una salida de campo para ver in situ la naturaleza artificial o natural de semejante resto, aunque ya por la morfología del lugar, apuntaba claramente a un posible corte artificial, típico de una explotación fluvial de oro romana. 
   Además buscando referencias bibliográficas sobre este lugar no encontré nada en la Red por lo que no sabía si era un hallazgo inédito o no. Así que a pesar de la distancia, algo más de 200 km, había que ir a campo, sí o sí, oportunidad que se presentó en el mes de agosto del pasado 2018.
El castillo de Navia de Suarna. Foto: G.P.H. para Más que petroglifos.
El puente  de Navia de Suarna.Foto: G.P.H.
     Allá me dirigí, al curso alto del río Navia, muy cerca de la localidad de Envernallas en la provincia de Lugo, en plena zona montañosa de los Ancares, en busca del ¿cuarto Monte Furado existente en Gallaecia?.
    Una vez allí y en un entorno realmente maravilloso descendí al río, el año 2018 llovió bastante sobre todo durante el mes de julio, con muchas tormentas que descargaron más litros de lo que suele ser habitual.


Paisaje montañoso típico de los Ancares. Foto: G.P.H.

 Así que el Navia en agosto llevaba todavía mucha agua por lo que no pude, al no ir pertrechado de forma adecuada, acceder de forma completa al corte, salvando en parte este inconveniente con mi pequeño dron (herramienta muy 


Cruce del primer brazo del río Navia, aguas someras y poco profundas pero muy resbaladizas, al fondo se aprecia el cauce principal con la fuerza de la corriente marcándose en los rápidos, en ese último tramo iba demasiado fuerte. Foto: M.G. B. para Más que Petroglifos.

útil en la prospección arqueológica que considero actualmente imprescindible), lo que me permitió obtener fotos cenitales para poder analizarlo de manera más completa, sin poner en riesgo equipos y físico.
Vista cenital del conjunto del meandro, en el círculo el corte a cielo abierto en el cuello estrecho de la dorsal de esquisto, un canal de deriva que deja libre 880 metros del curso del río, preparado para atrapar las tierras auríferas arrastradas por el agua. Fuente foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

   El corte tiene unos 3 a 4 metros de anchura y unos 10-15 metros de altura. Los romanos eligieron muy bien el lugar, un istmo muy estrecho, de apenas 20 metros en el cuello de esquisto que conforma el meandro, lo que permite, con un tajo pequeño, controlar casi un km del curso fluvial.
 Vista de la zona, en primer plano a Ínsua, monte que queda aislado en el centro del meandro, al fondo, o Castro, posible asentamiento del Hierro, pero que en todo caso no he podido comprobar. Fuente foto: G.P.H.

   El tajo a cielo abierto aprovecha el diaclasado natural de la roca esquistosa, grietas estructurales de la roca orientadas noreste-suroeste. 

Vista cenital del tajo, podemos ver su simetría y regularidad. Los mineros realizaron el corte siguiendo las diaclasas naturales de la roca. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

El corte abrupto demuestra que estamos ante un canal artificial y no natural ya que la corriente de agua no parece capaz de erosionar de esa forma la roca ni tiene la fuerza necesaria para hacerlo. El corte es  simétrico y regular manteniendo uno 4 metros de anchura aproximadamente a lo largo de sus 15/20 metros de longitud. 



Mapa geológico del I.G.N. sobre Google Earth con la zona de estudio, la chincheta amarilla señala el lugar donde se halla el meandro con el tajo a cielo abierto. Fuente I.G.N.

   Los mineros aprovecharon las diaclasas naturales para desmontar y cortar la base del meandro siendo posible percibir el vaciado escalonado en la parte superior del corte, para progresivamente irse estrechando manteniendo constante su anchura hasta la base del río.

Los puntos rojos señalan los distintos niveles de la roca, la línea roja el borde de los cortes, un desmantelamiento escalonado hasta el corte definitivo, seguramente para ahorrar trabajo y calcular la anchura necesaria del canal para dar salida al flujo de agua necesario para desaguar el cauce del meandro. Foto: G. P. H. para Más que Petroglifos.

Lógicamente tuvo que existir una presa de derivación temporal, levantada con los propios cantos rodados y rocas del río para desviarlo a voluntad por el canal, de hecho es posible ver todavía una gran roca sobre el cauce del río posiblemente un resto de la presa.
Visíon del tajo desde el nivel del cauce. Una gran roca marca el lugar donde se levantaría la presa de deriva temporal. Hoy parte del curso se sigue desviando por  el canal. Se puede apreciar el corte escalonado en la parte superior, a media altura el corte cae ya vertical hasta la base del cauce con 3 a 5 metros de ancho y unos 15 a 20 metros de longitud. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

   Esta parte del río hace de frontera administrativa entre Galicia y Asturias, de tal forma que el monte furado y la parte interna del meandro (lóbulo) conformado por el monte de Ínsua, pertenece a Asturias,  mientras el curso externo del meandro pertenece a Galicia. En esa parte de la ladera se localiza el topónimo castro, pudiendo hacer referencia a la existencia de un posible poblado de la Edad de Hierro, bien en el monte que queda aislado en el centro del río, o sobre la dorsal que conforma la ladera externa del meandro.


Detalle del corte a cielo abierto. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

  La localidad más próxima es la aldea de Envernallas en el municipio de Navia de Suarna, mientras en la parte asturiana se corresponde con el ayuntamiento de Ibias, territorio conocido por la abundancia de minería de oro romana.
   Todo el entorno del Navia en esta zona de los Ancares presenta abundancia de labores auríferas, tanto en pimario como secundario y sus ríos portan por tanto este mineral.
Detalles de los cortes en las rocas. Foto G. P. H. para Más que Petroglifos.

    En conversación reciente con el investigador y profesor de la Universidad de Coímbra especialista en minería romana, Brais Currás, para enseñarle el hallazgo, me comentó que el equipo del CSIC especializado en minería romana, al cual pertenece, lo tenía localizado también y lo habían visitado, señalando que recibe el sugestivo nombre de Pena Tallada, confirmando que efectivamente es un monte furado romano. 
Otra vista cenital del corte sobre el meandro.Fuente foto: G.P, H. para más que petroglifos

   Es interesante señalar que en la ladera gallega, aguas arriba del corte, a menos de un kilómetro de distancia , debajo de la aldea de Abrente, presenta la huella de un gran deslizamiento de ladera, literalmente se vino abajo esa zona de la montaña y en su momento es posible que colapsase el cauce del río,  

Área de la ladera que presenta el deslizamiento, se ven las huellas típicas de este tipo de accidentes geológicos. Foto: Google Maps 3D. G. P.H. para Más que Petroglifos


Fotografía oblicua (por desgracia no de muy buena calidad) del deslizamiento en la que se aprecia el desprendimiento de parte de la ladera y es visible la cabecera, el escarpe principal, el secundario, el flanco. Deslizamiento muy asentado y cubierto por la vegetación lo que señala su antigüedad. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.

sería interesante comprobar si se debió a trabajos mineros en la falda de la ladera o a un proceso natural anterior y si de algún modo puede tener relación con este pequeño monte furado que podría haber funcionado como un enorme sistema de lavado de las arenas vertidas al río a lo largo de los 900 metros del meandro o incluso no llegó a usarse por haber tenido ese accidente y fue abandonado.

Interpretación sobre la ortofoto del vuelo americano, además del meandro encajado sobre el que se practicó el corte, es posible observar las huellas del deslizamiento de ladera y sobre el primer meandro lo que parecen huellas de  conos de deyección, ¿naturales o restos de actividad minera?.
    
                   Monte Furado do río Pentes
Salida del túnel


Inicio del Túnel de deriva del río Pentes. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos 2


   El quinto Monte Furado lo encontramos en el río Pentes, en la parroquia de A Barxa, concello de A Gudiña, Ourense. Sobre un meandro estrecho y muy pronunciado se realizó este túnel de deriva de unos 30 a 35 metros de longitud,  unos cuatro metros de anchura y entre 2 a 3 m de altura. 

Análisis e interpretación del yacimiento.G. P. H. para Más que Petroglifos 2


   En un ejemplo parecido al de Quiroga pero en un tamaño mucho más reducido, dejando seco un tramo de río de algo menos de 300 metros de largo en el que además de oro es posible que explotasen estaño, muy abundante en los depósitos que conforman la geología de la zona.
Mapa con los prinjcipales restos mineros. Fuente: C. Isaura Fernández Fernández

 Desde mediados del siglo XIX fueron abiertas numerosas labores en esta zona, explotando estaño, hierro y wolframio. 


Galerías tapiadas de las minas de Valgrande en Barxas. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos

Así en el tramo exterior del meandro del río, sobre el que se halla el túnel romano, se localizan diversas labores que fueron trabajadas hasta los años 50 por vecinos de los pueblos cercanos en una minería de subsistencia muy típica de los años de postguerra, sin ningún tipo de planificación, simplemente siguiendo las vetas más ricas y dejando como muestra un grupo de galerías en forma de alvéolos que se entrecruzan sin ningún orden aparente. 
Son conocidas como las minas de Valgrande. 
Galerías . Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos2


Galería.Foto: Para Mas que Petroglifos 2
Galerías- Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos 2

   Un poco más al Este, a unos 3 kilométros aguas arriba de este punto, se encuentran otras explotaciones de estaño y wolframio, más industrializadas, en las que además de los restos de las galerías y zanjas de explotación se conservan restos de los edificios anexos a las labores mineras, como las zonas de lavado del material, rampas de carga y otras dependencias.
Minas de Trabisquedo. Foto: G. P, H. para Más que Petroglifos

 Si seguimos hacia Tameirón, localidad cercana al río Pereira, afluente del Pentes, existen evidencias de posibles explotaciones auríferas romanas, restos de zanjas abiertas sobre los depósitos primarios, aunque en este caso no pude comprobarlo in situ, pero si las menciona en su trabajo sobre esta zona minera Cristina Isaura Fernández Fernández: Una Aproximación etnoarqueológica al trabajo del estaño en el valle del río Ribeira y la zona de Tameirón (A Gudiña, Ourense, NW penínsular). Poboamento e exploración dos recursos mineiros na Europa Atlántica occidental. 2011
Valle del Pentes. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos 2

Estas evidencias de presencia de minería de oro en la zona de arrastres eluviales y coluviales que alimentan los depósitos aluviales del río Pentes, son un buen indicio que explicaría la construcción de este túnel de deriva que permitía lavar los depósitos acumulados en el río de forma cómoda al dejarlo seco con el desvío del cauce por el túnel y a su vez confirmaría la existencia de explotaciones en primario aguas arriba del meandro.
tramo desecado del cauce del río. Foto: G. P: H. para Más que Petroglifos 2

   Otro aspecto que se repite aquí es el reaprovechamiento del desvío del agua siglos más tarde, con la construcción de un molino, "muíño das Canteiras", en la salida de la derivación para aprovechar el acopio de agua y su fuerza en el movimiento de las muelas del molino hidráulico . 


Molino de As Canteiras y salida del túnel de deriva. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos 2

 Algo muy similar a lo acontecido en el caso visto anteriormente del río Eo-Rodíl, demostrando una interrelación entre las antiguas técnicas mineras romanas y las posteriores técnicas empleadas en otros sectores como la agricultura.

molino y salida del túnel. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos 2

   Considero interesante resaltar que sobre la ladera interior que conforma el meandro, a unos 400 metros de distancia del túnel, se halla una pequeña elevación que como su topónimo indica, O Castro, se trata de un antiguo asentamiento galaico-romano, muy alterado por labores agrarias pero sobre el que pude ver algunos restos de tégulas romanas y algún trocito de cerámica común que confirmarían este yacimiento que por proximidad tendría una clara relación con la explotación de los recursos mineros ligados al río.
Análisis arqueológico del espacio del meandro. G. P. H. para Más que Petroglifos 2


      El Monte Furado del río Pentes


 

 Es posible que existan más, pero localizarlos no es fácil especialmente en el caso de túneles como los del río Coura o el Eo, que requieren búsqueda directa sobre el terreno. Pero estas obras mineras nos dicen claramente hasta qué punto el trabajo del oro fue intenso en esta zona del Imperio y como la minería romana supo ingeniar y adaptar las técnicas mineras para recuperar la máxima cantidad del preciado metal. Además su construcción no puede obedecer únicamente al aprovechamiento del oro anual arrastrado por el río, ya que la renovación de los depósitos auríferos no son regulares ni mucho menos, como señala el geólogo Óscar Pazos en su trabajo "A invención da Gallaecia e a minaría do ouro" publicado en 2018.


Cartel informátivo en el túnel de Montefurado de Quiroga. En el se sigue hablando erróneamente del sistema de "ruina montium", del que Plinio nunca habló como ha demostrado el ingeniero de minas, especialista en minería romana Roberto Matías. Plinio hace mención al "derrubio de los montes", los arrastres de tierra provocados por el uso del agua  como fuerza mecánica en el laboreo del oro, pero en ningún caso explica al detalle como era la técnica de abatimiento de los frentes de mina. Es una hipótesis de Claude Domergue, gran investigador francés de la minería romana que habló y teorizó sobre la ruina montium pero sólo como hipótesis, no como un hecho verificado cientificamente, algo que a día de hoy no parece haberse constatado si no más bien al contrario. Foto: G. P. H. para Más que Petroglifos

 La construcción de estos sistemas de lavado fluvial tienen que ver con el re-aprovechamiento de las arenas procedentes de todas las minas explotadas en las cuencas de esos ríos. La emisión de millones de m³ de tierras procedentes de esas explotaciones a los cauces fluviales, el mismo Plinio el Viejo, destinado un año a Hispania como responsable de las minas de oro de la Citerior, con el cargo de Procurator Metallorum (el jefazo de todas las minas de oro) en la segunda mitad del siglo I d. C., decía metafóricamente asombrado que las montañas derruidas en Hispania terminaban en el mar arrastradas por los ríos (el mismo río Miño, el minius romano, de rojo, del color del cinabrio, por el color de sus aguas en época romana, al ir cargadas de arena y gravas procedentes de los cientos de minas explotadas a lo largo de la cuenca Sil-Miño y muchos de sus afluentes).

 Los montes furados, permitirían un relavado de las arenas auríferas para recuperar el oro que seguro portaban ya que en los lavaderos de las minas no se recuperaría el 100%, al movilizar tanta cantidad de tierra aurífera hacia los ríos (más de 100 millones de metros cúbicos sólo de las Médulas), en estos se depositarían de forma natural las pepitas contenidas en la tierra desechada.
 Además la renovación natural del oro no es constante ni regular, depende de muchos factores, uno principal es la cantidad de lluvias a lo largo del año y sobre todo que estas sean torrenciales para favorecer el arrastre de gravas, tierra y piedras y remover de esa forma las partículas de oro desde los depósitos eluviales y coluviales de las laderas de los montes hacia los cauces de los ríos, convirtiendo esos depósitos en aluviales, renovando los placeres de forma natural, un proceso muy lento e irregular. Los aportes antrópicos de tierras auríferas permitió la viabilidad de una explotación anual de los placeres en determinados cauces mediante el desvió de su curso con estos túneles de deriva.
   Como hipótesis planteo que el aprovechamiento de estas obras podría ser doble, por un lado se recuperaría el oro del meandro del río, una vez desviado su cauce durante el verano y por otra se recuperaría los depósitos atrapados a lo largo de los mismos túneles. Estaríamos ante un enorme sistema de recuperación de oro. Sería interesante comprobar el cauce sumergido del Monte Furado de Quiroga en busca de posibles evidencias de marcas relacionadas con este aprovechamiento, tal como sucede a una escala muy inferior en el túnel de lavado del río Coura en el que una vez cerrado al cauce del río se procedería a su limpieza a lo largo de sus 150 metros de longitud, incluida las piscinas de decantación que hay al final del mismo.
El oro de los ríos es la vida que contienen. Libélula en el río Navia. Foto: G.P.H. para Más que Petroglifos.
  No debe sorprendernos esta posibilidad, puesto que estamos empezando a comprender la enorme especialización alcanzada por los mineros del oro en tiempos romanos. Como señala en su libro Óscar Pazos, en el río Navelgas hay evidencias de que en cierto tramo del mismo, donde los bateadores aficionados han llegado a limpiar su fondo rocoso, existen unos surcos paralelos excavados artificialmente en la roca para actuar como un sistema de rifles para generar vórtices que provoquen turbulencias en la corriente de agua y favorecer la separación gravimétrica del oro, igual que ocurre en las rampas de lavado que se emplean en la actualidad en la minería en secundario. 
Planta de lavado moderna para separar y concentrar pesados, entre ellos oro. los rifles o listones transversales facilitan la separación gravimétrica favoreciendo la retención del oro y la expulsión de los materiales menos densos. Foto: Alibaba.com.

 Los mineros en época romana aprovechaban todas las oportunidades que la fuerza de los ríos les ofrecían, innovando en las técnicas de laboreo gracias a la experiencia acumulada en décadas de práctica minera.



  Cinco Montes Furados en Gallaecia


Localización de los montes furados de Gallaecia. Google earth y Oruxmaps. G.P.H.
Waypoints montes furados para descargar y ver  en Google Earth. G. P.H.



   A día de hoy tenemos al menos cinco montes furados dedicados al lavado y recuperación del oro en la antigua Gallaecia:


           -en el río Eo-Rodil
       -en el río Navia
   -en el río Sil 
       -en el río Coura
          -en el río Pentes 

Cinco ríos que quedan así unidos, no solo porque sus cursos fueron y son auríferos, sino también por el ansia de oro del Estado romano al poner en ellos en funcionamiento unas técnicas de explotación totalmente novedosas en toda la minería del Imperio, un sistema que nos señala la importancia de la minería aurífera en la antigua Gallaecia, capaz de mover montañas y desviar el curso de los ríos a voluntad de los hombres, un impacto tan grande que no será superado en ningún lugar del mundo hasta bien entrado el siglo XIX en plena fiebre del oro Americano.
 Seguro que aparecerán más restos similares en otros ríos auríferos en la península, las fotos de satélite junto a otras aplicaciones geográficas son un buen sistema para empezar a recorrer los ríos, buscando los meandros adecuados, solo hay que ponerse a ello y disponer del tiempo necesario para hacerlo... G.P.H. para Más que Petroglifos.
Cualquier dirección que cojas, no lo dudes, te llevará a paisajes maravillosos que solo encontrarás en lugares como la sierra de Ancares. Foto: G. P. H. para Más que Petroglifos.


Trabajo de investigación y divulgación arqueológica realizado por 

Gustavo Pascual Hermida entre mayo y agosto de 2018 para el blog Más que Petroglifos 2, porque el patrimonio histórico es el tesoro de todos.


   Publicado en Blogger en Enero de 2019 con licencia Creative Commons, reconocimiento no comercial, sin obra derivada, 4.0 licencia internacional. Todas las fotos y esquemas están a disposición de quien las necesite, pero es preceptivo citar la página y autor.



11 comentarios:

  1. Muy interesante y documentado estudio. Gracias por compartirlo.

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  2. Gracias a ud. por su tiempo y sus palabras, un saludo desde Más que Petroglifos.

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  3. Hola Gustavo. Me alegro de que lo hayas sacado.
    A ver si vamos a verlo pronto, y ese deslizamiento.

    (Por cierto, te queda el de montefurado de Pentes, o sea que 5).

    Saludos..

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    1. Anotado Óscar, 5 entonces..., y habría que añadir al menos dos más, en total 7, pero ya fuera de Gallaecia y hasta ahí puedo leer. Seguro que saldrán más...un Saludo.

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  4. aunque Óscar creo que el de Pentes es para Wolframio?, más reciente...

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    1. No. La mina está al lado, pero no tiene que ver.
      A la salida del montefurado hay un muiño que aprovecha el agua y es muy anterior a la mina (incluso al descubrimiento del w). Es muy curioso que el del Eo fuera también doblado para aprovecharlo la energía del agua...
      Reutilización de tecnología minera en ambos casos..
      Y luego está q cada montefurado tenga sus propias características, todos adaptados a las necesidades particulares.
      Queda por hacer..

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    2. Interesante, en la zona de Pentes y A Barxa se explotó casiterita y wolframio desde el siglo XIX, y por lo que he podido leer se habla de asociación con oro. Con restos de galerías y trincheras. También hay indicios de al menos una pequeña corta romana. Gracias por la aportación, y si, queda por hacer...

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  5. Muy interesante.En Barxa se explotaron las minas de estaño y wolframio.Yo voy todos los veranos.Mi mujer es de Barxa.Conozco bien el entorno,es muy bonito.Las minas están clausuradas,pero han abierto el cerramiento y alguno curiosea.Gracias.

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    1. Gracias por su tiempo. Tengo el material grabado y fotográfico para añadirlo al trabajo en cuanto lo termine actualizaré la entrada con ese maravilloso entorno. Un saludo.

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  6. Buenas. He visto el vídeo de las minas y entorno de Barxa. Es la aldea de mi mujer. Conozco bien esos lugares. Incluso he curioseando en el interior de la mina de Barxa, antes de estar cerrada. También he estado varias veces en las minas de Pentes. Muy cerca en la finca ganadera de la Ferrería, hay una construcción muy rubusta de grandes bloques, posiblemente sea de origen romano. Tengo muchos vídeos del entorno, una zona poco conocida y muy bonita. Muchas gracias por compartir ese trabajo tan bueno. Saludos.

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    1. Gracias por su tiempo y por las referencias un saludo desde Más que Petroglifos

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